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Ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

ansiedadLa ansiedad es en un principio una emoción humana normal, cuya función inicialmente es activadora ante una amenaza, movilizando actividad o tensión, lo que aumenta la capacidad de respuesta del individuo.

Esta respuesta tiene un carácter adaptativo facilitando la focalización de la atención en las amenazas y activar los sistemas fisiológicos para hacer frente a ellas. La ansiedad es, por tanto, una respuesta innata de nuestra especie, que tiene como misión la supervivencia. Cada vez que nos encontramos en peligro, el circuito de la ansiedad se dispara haciendo que reaccionemos de la forma más eficaz para sobrevivir. Podríamos decir que estamos aquí y que somos lo que somos gracias a la ansiedad, pues ella es la que nos ayuda a reaccionar mejor y con más rapidez cuando, por ejemplo, vemos un obstáculo en la carretera mientras estamos conduciendo.

En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Se dice que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno. Por tanto, podemos hablar de problemas de ansiedad cuando se siente mucha ansiedad ante situaciones en las que la mayoría de las personas no se ponen ansiosas, o cuando se experimenta un grado extremo de ansiedad en situaciones en las que la mayoría de la gente se sentiría sólo moderadamente ansiosa.

Los trastornos de ansiedad son una de las patologías más prevalentes en la población general a lo largo de su vida y con frecuencia se asocian a otras enfermedades mentales.

Tipos de ansiedad

  • Crisis de angustia: aparición brusca de intenso miedo acompañada de síntomas fisiológicos. Según recogen los manuales diagnósticos, para confirmar una crisis de ansiedad la persona debe haber presentado al menos cuatro síntomas de una larga lista que se describe un poco más abajo (apartado: síntomas de la ansiedad). Las crisis de angustia (no el trastorno) son muy comunes en la población general. Los estudios nos demuestran que, aproximadamente el 20% de la población general ha sufrido al menos un ataque de pánico a lo largo de su vida. Por lo tanto, tener una crisis de ansiedad aislada no es un trastorno psicológico.
  • Agorafobia y trastornos de angustia: se dan cuando las crisis de angustia se repiten con cierta frecuencia y/o hay un miedo claro y persistente a tenerlos. Una gran proporción de las personas que sufren este trastorno, y debido al intenso miedo a sufrir una nueva crisis, evita situaciones donde pueda ser difícil escapar o pedir ayuda. En estos casos, hablamos también de agorafobia.
  • Fobia específica: es un miedo exagerado e irracional a situaciones concretas u objetos, como determinados animales, lugares altos, conducir… con evitación sistemática de dichas situaciones u objetos.
  • Fobia social: es un miedo irracional a afrontar situaciones sociales (ir a fiestas, reuniones, hablar en público… Detrás de estos miedos, suele haber un temor a la opinión ajena, es decir, a qué pensarán los demás de uno mismo.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo: las personas que sufren este trastorno suelen verse invadidas por pensamientos o imágenes indeseadas, repetitivas y que causan gran ansiedad. Las obsesiones más frecuentes suelen estar relacionadas con la suciedad, la comprobación o el orden. Para bloquear el malestar que producen las obsesiones, las personas suelen llevar a cabo rituales o compulsiones, tales como lavarse las manos, comprobar si las puertas están cerradas, rezar, etc.
  • Trastorno por estrés agudo y trastorno por estrés postraumático: es un problema de ansiedad que puede aparecer después de haber sufrido un acontecimiento traumático (atraco, violación, accidente, secuestro, etc). Las personas que padecen este trastorno suelen revivir mentalmente determinadas escenas del suceso, pueden también sufrir pesadillas, así como sensación de anestesia o embotamiento emocional.
  • Trastorno de ansiedad generalizada: se trata de un trastorno en el que la persona se preocupa excesivamente por todas aquellas situaciones de la vida cotidiana, con tensión muscular y sensación de estar continuamente activados y gran dificultad para desconectar.
  • Trastorno de ansiedad debido a … (enfermedad médica)
  • Trastorno de ansiedad inducido por sustancias
  • Trastorno de ansiedad no especificado.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Trastorno por estrés postraumático
  • Trastorno por estrés agudo
  • Trastorno de ansiedad generalizado

Ansiedad - Preguntas y Respuestas

En nuestro centro, compaginamos la ayuda médica psiquiátrica y la psicoterapia junto con actividades de vida saludable orientadas a buscar la estabilidad emocional.

Si está interesado en recibir información sobre nuestros tratamientos y terapias para cualquier tipo de trastorno póngase en contacto con nosotros completando el formulario y le brindaremos toda la información necesaria por alguno de nuestros psiquiatras.

La ansiedad no es un fenómeno unitario, sino que puede dividirse en tres componentes o sistemas de respuesta.
El primer sistema, el subjetivo-cognitivo, incluye aspectos relacionados con la experiencia interna de ansiedad, como son: el miedo, el pánico, la alarma, la inquietud, la preocupación, las ideas obsesivas, etc. En definitiva, todos aquellos pensamientos e imágenes que aparecen en el momento en el que se está sufriendo la ansiedad. El contenido común de estos pensamientos suele ser la certeza de que algo terrible va a ocurrir: miedo a tener un infarto, miedo a morir, a asfixiarse, a volverse loco, etc.

Un segundo sistema es el fisiológico-somático, que incluye aspectos de activación del sistema nervioso autónomo, como taquicardia, aumento de la presión arterial, disminución de la salivación o aumento del tono muscular.
Aquí se incluirían todas aquellas sensaciones físicas que se experimentan (mareos, visión borrosa, dolor en el pecho, sensación de irrealidad, hormigueo, entumecimiento, etc).

El tercer sistema de respuesta es el motor-conductual, que tiene que ver con todo aquello que hacemos voluntariamente durante la ansiedad.
Generalmente, la ansiedad genera respuestas de evitación o escape, ya que se trata de una sensación desagradable (aunque no peligrosa), por lo que se suele intentar buscar seguridad, con conductas como: volver a casa, ir a urgencias, llamar al médico, tomar psicofármacos, tumbarse, o cualquier otra conducta que reduzca el malestar.

Procedemos a enumerar una lista de síntomas compatibles con una crisis de ansiedad:

  • Palpitaciones, aumento de la frecuencia cardiaca
  • Sudoración
  • Temblores
  • Sensación de ahogo
  • Sensación de atragantarse
  • Opresión en el pecho
  • Náuseas o molestias abdominales
  • Inestabilidad, mareos, desmayos
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (sensación de estar separado de uno mismo
  • Miedo a perder el control o a volverse loco
  • Miedo a morir Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
  • Escalofríos, sofocos

Diversas investigaciones sobre el tema que nos ocupa señalan que existen dos grandes tipos de factores que pueden generar una crisis de ansiedad (y posteriormente un trastorno). El primer factor es el estrés, es decir, el que una persona esté inmersa en una situación vital que le genere una presión importante, como por ejemplo: problemas laborales o exceso de trabajo, problemas familiares o de pareja, problemas de rendimiento académico, preocupación por un problema médico personal o familiar, etc.

El segundo factor serían todas aquellas reacciones fisiológicas que puede presentar un sujeto y que sean desconocidas para él, como hipoglucemias, bajadas de tensión arterial, intoxicación cafeínica, cambios bruscos de temperatura, consumo de drogas…
Ante dichas situaciones, la persona, al no saber lo que le está ocurriendo, puede reaccionar como si su vida corriese peligro, y posteriormente generalizar este malestar ante otro tipo de situaciones similares, desarrollando un trastorno de ansiedad.

Las investigaciones también señalan que existen variables predisposicionales, es decir, que hay personas más y menos vulnerables a desarrollar un trastorno de ansiedad. La vulnerabilidad biológica se refiere a que hay personas que tienden a ponerse nerviosas con más facilidad, mientras que la vulnerabilidad psicológica está relacionada con todos los aprendizajes que realizamos, principalmente en la infancia, que han hecho que la persona se preocupe excesivamente sobre su salud y/o la de los de su alrededor (por ejemplo, haber vivido de cerca la muerte de un familiar, haber sufrido una enfermedad, padres muy preocupados por la salud, etc.

Genéricamente, podemos decir que los distintos trastornos ansioso-depresivos suelen tender a desarrollar un curso crónico y con fluctuaciones, que variarán en función de la entidad nosológica a la que nos refiramos dentro de este heterogéneo grupo. En general, el factor critico que marca la evolución de estos trastornos es su detección y su adecuado tratamiento. El tratamiento suele ser eficaz y la respuesta suele ser rápida.
Son frecuentes las recaídas tras el abandono de la medicación.

Por ello, en nuestro centro aplicamos tratamientos multicomponentes, adaptados tanto al tipo de patología como a las necesidades individuales de cada uno de nuestros pacientes, ya que dichos tratamientos son los que han demostrado mayor eficacia terapéutica para este trastorno.Estos incluyen:

  • Tratamiento farmacológico: mediante fármacos ansiolíticos, hipnóticos y en ocasiones antidepresivos. En nuestro centro somos conscientes de la cronicidad de este tipo de trastornos y de la posibilidad de desarrollar dependencia a estos fármacos, por lo que procuramos utilizar la dosis mínima efectiva, y llevar a cabo intentos periódicos de retirada (de forma lenta y gradual).
  • Entrenamiento en relajación y respiración: en nuestro hospital enseñamos a nuestros pacientes a dominar su sintomatología ansiosa mediante técnicas de respiración diafragmática y de relajación, tanto a nivel grupal como individual. Se trata de una de las técnicas más empleadas para manejar la ansiedad y que ejerce excelentes resultados terapéuticos.
  • Entrenamiento en manejo de ansiedad: el objetivo de este tratamiento es enseñar al paciente a identificar las sensaciones y señales de ansiedad internas, tanto a nivel cognitivo, como emocional y fisiológico, especialmente los primeros signos de activación, y reaccionar a estas señales con nuevos y diferentes recursos y habilidades de afrontamiento. Procuramos dotar al paciente de nuevas competencias y habilidades que le permitan controlar la ansiedad y otros estados emocionales negativos, como la ira y la depresión. Reestructuración cognitiva: consiste en identificar todos aquellos pensamientos y evaluaciones erróneos acerca de uno mismo y/o de sus sensaciones corporales, sustituyéndolos por otros más adaptativos.
  • Entrenamiento en solución de problemas: gran parte de las personas que sufren trastornos de ansiedad sobrestiman las ventajas e infraestiman las desventajas de preocuparse, por lo que en nuestro centro intentamos que los pacientes valoren la utilidad de preocuparse que subyace detrás de cada preocupación específica, mediante técnicas cognitivas.
    Nuestro objetivo es lograr que estos pacientes consigan analizar las situaciones generadoras de ansiedad de una manera objetiva y realista, buscando soluciones adecuadas frente a sus problemas.
 

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